es una ciudad que me encanta con locura y el lugar
es una visita obligada antes de morir, pero he
aprendido casi a pesar de mí mismo que tienes que
disfrutar de ella. Hay días en los que la odio y días
en que me siento muy bien .... Y entonces, es la
ciudad de Tokio Hotel de todos modos.
Obliga a un poco de respeto.
Por otra parte, el scoop del año: el baterista (o el
bajista, no sé) vivió hace algún tiempo aún en mi
edificio. (Ahora escribo que tengo miedo de ser
acosado ??por los fans histéricas pre-púbertes que
secuestran a mi gato, imaginando una trampa del
mal y pedir un rescate a mi dirección postal) Entre
parentesis TH.
En resumen, cuando llegué aquí me temía lo peor y
me preguntaba cuánto tiempo tomaría, pero
finalmente ahora me reservo de mil historias ...
(muchas de ellos fracasos). Mis primeras
impresiones de esta super ciudad se disipan poco a
poco de manera negativa, mis días son ricos en
emociones y tribulaciones de todo tipo, no son
iguales y aprovecho cada momento al 150%.
Yo vivo en la esperanza de cruzarme con Bill
Kaulitz.
[...] Para ser honesto, yo no diría que Magdeburgo
ahora es una ciudad que amo, la locura y el lugar,
mas tengo que ver antes de morir, pero he
aprendido casi contra mi voluntad a apreciarle .Hay
días que me gusta, hay días en que me siento muy
bien.
Y entonces, la ciudad de Tokio Hotel todavía
necesita un poco de respeto .
[...]
Enviado desde mi Blackberry® 3G de Iusacell.
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